Ancianos ante el envejecimiento, la enfermedad y la muerte.

Publicado en por Los Derechos de las Mujeres

El corazón también se altera; su rendimiento diminuye, mientras el sistema vascular padece de cambios ateroescleróticos, que afectan el cerebro, que pueden ocasionar la famosa demencia vascular o por multi-infartos y algunas formas de enfermedad de Parkinson, demencias corticales y subcorticales, según el nivel del encéfalo que ataquen.el bucaro Las arterioesclerosis diminuye la velocidad de circulación, la irrigación cerebral y aumenta la tensión arterial y, entretanto vamos perdiendo la visión cercana, con el avance de la presbicia (hipermetropía), las cataratas o los cambios degenerativos de la retina. Muchos ancianos van padeciendo trastornos auditivos, que conducen a la sordera y la función sexual pierde fortaleza en el hombre, mientras que en la mujer adviene la menopausia, con la merma de hormonas femenina, las llamadas estrógenos. Todo ello, trae consigo fatiga, en un organismo que se defiende mal de los estímulos nocivos y laas agresiones provenientes del mundo externo. Pero la VEJEZ, no es una enfermedad sino que es, como se dice en España, LEY DE VIDA.

Pero, más allá de lo biológico, la psicología del anciano/a también es distinta y si su salud física y mental es buena. éste, tal vez, pueda compensar algunas capacidades perdidas. En algunos, las facultades intelectuales se perturban, como se dá en el caso de las demencias; de todas maneras la capacidad de trabajo y la capacidad de atención diminuyen en términos generales, a partir de los setenta años, pero esta circunstancia empeora si el anciano las va abandonando. Muchas y muchos ancianos nos hablan de una hermosa vejez, de una ancianidad lozana, que depende del logro de un equilibrio físico y moral, así su organismo, su memoria y su capacidad de adaptación no sean las mismas de la juventud. Pero en ello, no sólo cuenta la capacidad del anciano ó anciana, sino del contexto social en el que está inmerso, sobre todo de que el anciano sea capaz de comprender sus realidades y del conjunto social le dé a la longevidad, del lugar que se les asigne a los viejos, en diferentes tiempos y culturas.

En historias oídas de una cultua japonesa; los ancianos eran llevados a las laderas de un volcán para que encontraran allí la muerte, en una ceremonia autodestructiva, en la que para empezar el anciano con una piedra había de quebrarse los dientes. También se dice que los esquimales llevaban a sus ancianos a un sitio descampado para abandonarlos a una muerte segura, como una estrategia de sobrevivencia para los individuos más jóvenes. También en las Islas Fidji, los viejos se daban muerte en forma voluntaria, yá que pensaban que sobrevivirían en otra vida, sin esperar la decrepitud.  A esto es a lo que se ha dado en llamar ENTIERRO VIVIENTE.

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