Homosexualidad, realidad y tolerancia (I).

Publicado en por Los Derechos de las Mujeres

¿Se tiene "derecho" al sexo? ¿Ser hombre o mujer es una elección? ¿Es un "orgullo" ser gay? ¿La "ideología de género" es un axioma indiscutible? ¿Los colectivos gays tienen que ser subvencionados obligatoriamente?

 

Da la impresión -realmente es un hecho- que se nace niño o niña: incluso te lo aventura el ginecólogo cuando el embarazo ya es de varios meses. Y casi nunca se equivoca. Y, desde luego, a nadie se le ha pedido permiso para nacer; como no se le ha consultado sobre si quiere tener dos orejas, tres ojos, cuatro manos o cinco piés: uno nace como nace, pequeñito, arrugado, y con el sexo bien visible.

Somos personas sexuadas: así se nace. Y nadie se siente ofendido por eso: lo asume, y aprende a manejarse dentro del regalo de la vida, y del amor de sus padres, y en el seno de su familia: el ámbito cien por cien ecológico, ideal -habría que darle un premio, una medalla, ponerle una estatua, algo, al que inventó la familia- para desarrollarse como persona humana: que a ese género pertenecemos y a ningún otro.

A la edad conveniente, como es lógico, se descubre no sólo la materialidad de que hay dos sexos -dos personas sexualmente distintas: papá y mamá, sin ir más lejos, de los que ellos y sus hermanos han nacido-, sino también el descubrimiento de los órganos sexuales: los propios, lógicamente, antes que los ajenos.

 

La sexualidad forma parte -importantísima- del ser humano: hombre o mujer, precisamente para poder entregarse con toda la verdad de su ser

 

Esto, que era lo normal hasta hace no muchos años, ha cambiado en un proceso tan fuertemente ideologizado, como acelerada y acríticamente asumido por casi todos los poderes educativos -y no sólo de titularidad pública-, con las desgracias que han acarreado para los mismos críos en primerísimo lugar -más tarde, jóvenes, y luego ya adultos pero marcados ya por las ideologías de sexo-, para los padres y el entorno familiar, como para la misma sociedad. Por señalar unos ejemplos: los embarazos no deseados en jovencitas cada vez más jóvenes, el aumento de las violaciones en particular y de la violencia sexual en general, especialmente contra la mujer, el número creciente de abortos, con los traumas que acarrea: a veces, para toda la vida, como lo han declarado ya muchas mujeres que han sufrido ese trance.

Y todo ésto a pesar de las ingentes sumas que se emplean: dicen que para evitarlo, ;pero los datos -que no saben de ideologías- no hacen más que crecer, ilustrando la gravedad y la extensión del tema; y denunciando, de rebote, lo engañosos e ineficaces que se han resuelto. Ineficaces, precisamente por engañosos.

Seguiremos con el tema, que es apasionante en sí mismo; pero que además puede contribuir a ver las cosas con una perspectiva serena, positiva, y que aporta soluciones. Eso espero.

 

Artículo publicado por: Boletín Globedia - Ilabestarium - 18/04/12 -

Etiquetado en Diversidad Sexual

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