¿Matrimonio o unión civil?

MATRIMONIO O UNIÓN CIVIL PARA LA PREJA GAY. UNA POLÉMICA ACTUAL

lunes, 07 de junio de 2010 - Diario Los Andes - Mendoza -

El debate fervoroso, sentido, sufrido en torno al reconocimiento legal de parejas del mismo sexo se instaló en la sociedad generando las reacciones más efusivas en las que se ha puesto cuerpo y alma.
 El Congreso de la Nación debate por estos días si aprobar o no estas uniones y qué contenido darle a una posible norma que regule la realidad. En este contexto, dos términos cargan con el peso de referirse a un cúmulo de concepciones contrapuestas: matrimonio y unión civil.
Para algunos, es el momento de reivindicar derechos innegables, para otros de sostener creencias y convicciones, para la mayoría es tiempo de introspección para encontrarse con su propia mentalidad y aceptar el desafío de tomar una postura.
Tanto los más conservadores como los que defienden derechos de la comunidad homosexual quieren apropiarse de la figura del matrimonio y en medio de la disputa aparece la unión civil que viene a poner paños fríos para quienes no quieren igualar una "nueva" estructura de familia a la tradicional conformada por un hombre y una mujer. Lo cierto es que en el meollo del asunto está el tema de la adopción y la crianza de los chicos que es lo que provoca mayor escozor entre los detractores.
El Código Civil Argentino contempla el matrimonio entre un hombre y una mujer, por lo que la entidad matrimonial queda reservada para la comunidad heterosexual. La figura jurídica de la unión civil está descripta en la jurisprudencia pero no está legislada en nuestro país.
Sólo la Ciudad Autónoma de Buenos Aires ha sido pionera en ofrecer esta opción a las parejas homosexuales, pero en el resto del país y a nivel nacional padecen la ausencia de esa legalidad que les permita entre otras cosas compartir una obra social, hacer algunos trámites, acceder a derechos sucesorios o participar de la patria potestad. En este caso no permite acceder a derechos sucesorios ni genera el vínculo que funciona como elemento agravante de tipo penal (cuando se habla de crímenes agravados por el vínculo).
El hecho de que la unión civil no esté reglamentada implica que está vacía de contenido. Según explicó a Los Andes Rodolfo Díaz Traverso, conjuez del Segundo Juzgado de Familia, este término suele referirse a un registro donde las personas con cualquier inclinación sexual se inscriben para demostrar que son pareja y que funciona como un elemento probatorio. De esta manera pueden acceder a algunos beneficios como la obra social o gestiones bancarias.
Por su parte la titular del Séptimo Juzgado de Familia, Flavia Ferraro Soto afirmó que en caso de que se apruebe no se sabe con qué contenido se hará, puede ser el mismo que el de matrimonio, pero desde su óptica "no sería mala la diferencia de conceptos porque estaríamos hablando de diferentes situaciones o realidades, sería darle a cada cosa su nombre sin ser discriminatorios.
La adopción
En medio de la discusión sobresale un punto imposible de soslayar y que es el que provoca los más encendidos cuestionamientos: la posibilidad de que parejas del mismo sexo puedan adoptar un niño. La Ley de Adopción indica explícitamente que les será permitida a quienes estén unidos en matrimonio.
Es decir que si para el reconocimiento de las parejas del mismo sexo se buscase otra instancia, automáticamente quedarían excluidas de esta posibilidad. Por eso algunos de quienes se oponen han preferido optar por el mal menor y aceptar que se le llame unión civil en vez de matrimonio. "Quieren ponerle cualquier otro nombre para evitar este derecho", explicó Díaz Traverso.
Dado que Argentina adhiere a la Convención Internacional de los Derechos del Niño, lo principal es resguardar el interés del menor y eso es lo que tendrán que tener en cuenta los legisladores. Actualmente las parejas resuelven este vacío legal con la adopción por parte de uno sólo de los miembros, pero eso impide que el otro pueda heredarle algo al niño directamente o en caso de fallecimiento de quien tiene la patria potestad el niño queda en manos del Estado.
Si se optara por escoger un término diferencial pero en la redacción de la ley se aclarara que tienen derecho a adoptar con patria potestad compartida, esto deberá ser reconocido ni bien se apruebe sin necesidad de modificar la Ley de Adopción porque se trata de una norma posterior.
Legislar la realidad
"Es necesario que el Estado a través de la producción legislativa regule la realidad, la homosexualidad es parte de nuestra sociedad, y esta tarea no puede dividirnos sino que debemos lograr el concenso", opinó Díaz Traverso.
Y agregó que los derechos son propios e iguales para todos, pero en algunos casos el Estado no se los reconoce y por ese motivo no pueden ejercerse: "El Estado debe regular los derechos de las personas más allá de lo que hayan elegido (...), todos los sectores deben hacer su aporte y los encargados de legislar ponerse los pantalones y hacerse cargo de la realidad".
La doctora Ferraro Soto plantea que hay que preguntarse para qué está preparada la sociedad y qué cambios puede aceptar. "Yo creo que la nuestra no se encuentra en situación de aprobar la adopción de niños por parte de parejas homosexuales, pero va en camino de aceptar que tienen los mismos derechos. Si quieren heredar, tener deberes alimentarios recíprocos o bienes gananciales igual que el matrimonio ¿en qué afecta esto a la sociedad?"
Varios países del mundo aceptan la unión entre personas del mismo sexo aunque son una minoría los que incluyen el derecho a adoptar. Sin embargo, la tendencia internacional en occidente indica que se va camino a aceptar ambas cosas.
Demanda insatisfecha
Desde el Registro Civil explicaron que por ahora hablar de unión civil es hablar de matrimonio que involucra a un hombre y una mujer. Respecto de posibles cambios afirman estar en una nebulosa y a la espera de qué implicancias tendría una nueva figura legal.
"Las parejas del mismo sexo se acercan mucho a preguntar qué posibilidades tienen, pero les decimos que no se puede hacer nada", comentó Susana Espinosa, Oficial del Registro Civil del área de Matrimonios. Verónica de Vita - Especial para Los Andes