México: Oxaca: Mujeres huaves "trabajadoras incansables".

Publicado en por Los Derechos de las Mujeres

Nelly es una joven indígena huave, originaria de San Mateo del Mar, vende camarón seco, pescado horneado y salado en el Mercado de Abasto de la ciudad de Oaxaca; ella, al igual que cientos de mujeres del Istmo de Tehuantepec, ubicado en el sureste del estado de Oaxaca, emigra la mayor parte del año para expender estos y otros productos típicos de la zona y así contribuir a la economía regional.

A las mujeres istmeñas, con sus faldas largas y huipiles con diseños con elementos como la flora de la región, se les puede ver en diferentes partes de México, expendiendo además totopos, queso, pastel de elote, ciruelas fermentadas o en dulce, y con esa mercancía llevan su cultura y su lengua.

Por estas mujeres se escucha en otras partes del país el huave, zapoteco, zoque y mixe de la región baja.

Una parte importante de la dieta de la población de estos cuatro pueblos indígenas son el pescado horneado o deshidratado a base de sal, el camarón seco, queso, y para quienes emigran estos productos se convierten en la llamada comida de la nostalgia y son estas mujeres comerciantes quienes tienen que emigrar para acercarle estos alimentos a los que salieron antes.

Esta migración temporal o pendular de los zapotecos, principalmente seguida de los mixes de la zona baja, los huaves y los zoques ha permitido que su gastronomía haya sido adoptada por otros pueblos de Oaxaca y de México y con ello la compra-venta de los productos se ha incrementado según lo han observado vendedores al mayoreo que se localizan en los mercados de San Mateo del Mar, San Francisco Ixhuatán, Juchitán y Tehuantepec.

 

En Juchitán de Zaragoza se encuentra uno de los mercados de pescados y mariscos más grande de la región, hasta donde llegan vendedores mayoristas de la región de la Costa de Oaxaca, del estado de Chiapas y de la llamada zona lagunar, donde se encuentran los pueblos huaves y el zapoteco de San Francisco Ixhuatán, relata Jorge Magariño, autor de la investigación Migración y Cultura en Santa María Xadani, un municipio zapoteca, a ocho kilómetros de Juchitán.

Ese mercado se encuentra en calles de la Séptima Sección de la ciudad de Juchitán y empieza a operar desde las tres de la madrugada y a las siete horas, la mayor parte de las operaciones ya se realizaron. Es en este mercado, en donde se abastecen de pescado y camarón la mayoría de las mujeres de Juchitán que salen a comerciar por las ciudades de México.

Magariño refiere que la migración pendular o temporal, como la que se registra en Santa María Xadani y en la mayoría de los pueblos del Istmo de Tehuantepec, se caracteriza en que los hombres “salen a trabajar por algunos meses, pero regresan, principalmente a las fiestas del santo patrón, en el caso de Xadani es el primer viernes de Cuaresma y en octubre a venerar a San Francisco”.

A las mujeres del Istmo que salen a vender pescado o camarón se les conoce como “viajeras”, porque “se van a vender a la ciudad de Oaxaca, a Veracruz, Puebla, al Distrito Federal o a otras ciudades grandes o pequeñas, pero solo van a vender y se regresan a la región a comparar mercancía y vuelven a emprender el viaje”.

 

Participa la familia

“El camarón y pescado que vendemos se pesca en dos playas que tenemos allí, le llamamos el mar muerto y en el mar vivo (abierto), allí en la zona huave, y de allí se distribuye para todos los mercados”, relata Nelly.

Aclara que la venta de pescado horneado y camarón seco es una actividad en la que participan toda la familia, por ejemplo Nelly es la que se encuentra en la ciudad de Oaxaca para vender el producto, su esposo Rubén viaja todas las semanas a San Mateo a comprar el camarón y el pescado. Su suegra es la encargada de hornear el pescado y de hervir con sal el camarón y luego exponerlo al sol para deshidratarlo.

La maestra en Ciencias con especialidad en Planificación de Empresas y Desarrollo Regional, por el Instituto Tecnológico de Oaxaca y actual directora de la Escuela de Economía de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, Ana Luz Ramos Soto, sostiene que en Oaxaca se tiene un total de 763 mil hogares, de éstos 170 mil son dirigidos por una mujer, que representan 22.3%; en el ámbito distrital hay importantes diferencias, en Coixtlahuaca (Mixteca) más de la cuarta parte de los hogares lo encabeza una mujer (27.4%), Tlaxiaco (27.3%), Centro (27.2%) y Ejutla (26.4%) superando el porcentaje estatal.

En su estudio denominado El papel de las mujeres en la economía del estado de Oaxaca, Ramos Soto argumenta que “en las últimas tres décadas en el estado de Oaxaca se han dado profundos cambios demográficos y socioeconómicos, los cuales han afectado en particular a las mujeres y permiten explicar el papel que tienen actualmente en la economía”.

Para la directora del Instituto de la Mujer Oaxaqueña, Anabel López Sánchez, “las mujeres del Istmo son trabajadoras incanzables. No sólo contribuyen o aportan, sino que sostienen la economía familiar y de la región, además de que se encargan de reproducir la lengua y la cultura de la región.

“Recuerdo que cuando el ferrocarril era el medio principal de transporte, a las istmeñas que se subían en él se les conocía como ‘vayunqueras’. Eran mujeres que se subían en distintos puntos y viajaban a Chiapas o Veracruz, vendiendo todo tipo de productos, lo que permitía un intercambio comercial”, agregó la funcionaria.

Detalló que “a diferencia de los hombres que basan sus ingresos en el campo, las mujeres del Istmo venden de todo, incluyendo tamales de iguana y huevos de tortuga”, razón por la cual hay varios casos de encarceladas por el tráfico de productos de especies en peligro de extinción.

 

Extenuante labor

Rubén tiene que viajar más de siete horas de noche, desde San Mateo del Mar a la capital del estado, con la finalidad de que Nelly tenga producto fresco todos los martes y jueves, días de mayor venta en el mercado.

“El producto tiene que ser fresco porque quien lo compra son originarios de la región y pueden reconocer un buen pescado o un camarón de buena calidad, por lo que el trabajo es muy fuerte para comprar el pescado y camarón, procesarlo, transportarlo y venderlo en menos de tres días”, agrega Nelly quien se considera asidua lectora de periódicos.

 

Fuente: eluniversal.mx - VICTOR RUIZ ARRAZOLA - Oxaca - 26/12/11 -

 



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