Prostitución. Cuestión de género.(1)
EL FENÓMENO DE LA PROSTITUCIÓN HA DESPERTADO EN LOS ÚLTIMOS AÑOS, INTERÉS SOCIAL. UN ACERCAMIENTO POSIBLE AL DEBATE SUSCITADO, SERÍA PLANTEAR QUE : " la prostitución no es el oficio más viejo del mundo, es la violencia más antigua contra las mujeres".
Las alarmantes cifras que se contabilizan de mujeres y niñas traficadas para su explotación sexual, el aumento de la delincuencia organizada en este sector que lleva a la Unión Europa designarlo como la tercera rama del crimen organizado, las condiciones de esclavitud a las que son sometidas las mujeres traficadas son, entre otras, las razones que han contribuido a revitalizar el debate. al día de hoy, el principal objetivo sería avanzar en la abolición de las distintas formas de violencia contra la mujeres y salvaguardar el derecho de las mujeres a no ser objeto de explotación, situación a la que se ven abocadas por el mero hecho de ser mujeres.
En palabras del Convenio para la represión de la trata de personas con fines de explotación sexual de 1949, "Considerando que la prostitución y el mal que la acompaña, la trata de personas para fines de explotación, son
incompatibles con la dignidad y el valor de la persona humana y ponen en peligro el bienestar del individuo, la
familia y la comunidad".
CUESTIÓN DE GÉNERO:
Es necesario poner de manifiesto que los datos exponen que las personas que ejercen la prostitución son mayoritariamente mujeres, y que las personas que compran estos cuerpos , para su uso sexual, son los hombres. Ambas cifras indican que el fenómeno de la prostitución es, por tanto, una cuestión de género, fruto de una estructura de dominación masculina. La "libre elección" es un factor engañoso, influenciado por distintas variables, económicas, sociales, culturales, y por las opciones políticas de las mujeres.
La desigualdad existente restringe de manera real la "libertad de elección", no podemos confundir los efectos con las causas, de hacerlo estaríamos engañándonos, al ocultar una parte de la realidad.
Entendemos que la compra y venta de mujeres prolonga un estado de dominación masculina.
Los sujetos que compran cuerpos de mujeres convierten a estos en una mercancía mediante un proceso claro de objetualización.
Desde este punto de vista, el responsable directo de la existencia de la prostitución, sería el cliente prostituidor.
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