Prostitución. Cuestión de género.(2)
Nuestra organización está alineada con las tesis abolicionistas, considerando escencial para trabajar frente a esta gravísima forma de violencia de género, la represión de todo PROXENETISMO, es decir, de todo el que concierta, explota o dirija la prostitución de otra persona, medie o no consentimiento de la persona prostituída englobándose sin distinción en la definición de proxeneta a todos los traficantes, inductores, reclutadores y explotadores de la prostitución ajena; al considerar que nadie puede lucrarse de forma directa o indirecta de la prostitución de otra persona o de la explotación sexual de otra persona.
PROPUESTAS DE TRABAJO FRENTE AL PROSTITUIDOR.
Visibilizar al "cliente" y los explotadores, directamente responsables en la existencia de la prostitución, es decir, fente al mal llamado cliente de la prostitución, para nosotras PROSTITUIDOR, pasarían por deslegitimizar la normalización de la demanda "sexual" masculina.
Este trabajo se hará en primer lugar, a través de campañas de sensibilización social, haciendo saber que con su demanda, convierten en mercancía a la mujeres, en objetos que se encuentran al alcance del que demanda a cambio de un precio, contribuyendo por tanto a la desigualdad entre hombres y mujeres y ejerciendo un acto de violencia contra las mujeres.
Además de incrementar el "negocio" del tráfico: la demanda dispara la oferta; aumentando vitiginosamente el tráfico de mujeres y niñas para la explotación sexual (4.000.000 de mujeres y niñas son traficadas al año a nivel mundial). En segundo lugar, si estas campañas de deslegitimación no disminuyeran o hicieran desaparecer la demanda, se pondrían en marcha, al igual que se ha llevado a cabo en Suecia, medidas penales para imposibilitar acciones a todos aquellos que siguen realizando actos de violencia contra las mujeres, haciendo saber que nuestra sociedad no se lo permite, porque quiere garantizar el cumplimiento del principio de igualdad.
Nuestras propuestas de actuación con respecto a la mujeres en situación de prostitución, establecerían políticas específicas que reconozcan esa esctructura de dominación que obliga a las mujeres a la venta de sus cuerpos. Los proyectos de intervención en dicha problemática consisten en liberar a las mujeres de las condiciones que las reducen a ser objeto de transacción en una de las más graves formas de violencia de género, estableciendo políticas adecuadas que garanticen la protección de las mujeres y sus derechos humanos.
Para nosotras muchas de las propuestas de intervención con las mujeres, yá se recogían en el Convenio de 1949, base del movimiento abolicionista.
Conviene, antes de exponer el contenido del Convenio, recordar que el abolicionismo no saciona punitivamente a las personas que ejercen la prostitución, al contrario, el Convenio de 1949 contiene obligaciones dirigidas a los Estados, encaminadas a prevenir y ayudar a las víctimas de la prostitución.
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