Reflexiones sobre la legalización y despenalización del Aborto.

Publicado en por Los Derechos de las Mujeres

Desde Mujeres en Acción y especialmente como mujer solidaria con nuestro género, me he planteado una nueva perspectiva de lucha y concientización sobre la tan cuestionada y debatida legalización y despenalización del Aborto. Me parece que si esperamos que la misma se constituya en una herramienta de sensibilización, información y combate a los mitos y prejuicios que emergen de esta propuesta, falta una mirada abarcativa desde todos los sectores y especialmente de las mujeres, para las mujeres.

No todas estamos o están decididamente "a favor del aborto", pero se hace necesario unificar voluntades para mostrar a la sociedad toda, una realidad que aunque es permanente y angustiante, no logra captar la totalidad del apoyo necesario para que esta medida se implemente, y a través de ella, se logre disminuir la cantidad de muertes por abortos clandestinos que sufren las mujeres, especialmente las de menos recursos, y las que por distintas razones no pueden hacerlo en condiciones de seguridad y gratuidad.

Mi primera propuesta es luchar por EDUCACIÓN SEXUAL, en la familia, las escuelas y el apoyo sobre información clara y sencilla, para lograr una vida sexual plena y sin riesgos. ANTICONCEPTIVOS, para poder planificar la cantidad de hijos que desamos tener, y para evitar embarazos no deseados, y ABORTO LEGAL, para que las mujeres que no han podido evitar un embarazo por cualquier situación, médica, social ó económica; tengan la posibilidad de llegar a esa última y dolorosa instancia, con la seguridad de que su vida no corre riesgo alguno.

Todo lo que pasa en el cuerpo y en la mente de una mujer previo a la difícil decisión de abortar, es algo que no se tiene en cuenta y que aparentemente no tiene importancia. El sólo hecho de manifestar su determinación de abortar, pone a la mujer y a su cuerpo en boca y opinión de todos y todas, generando discursos e interpelaciones surgidas de la "moral", de la "defensa a la vida", del derecho que tiene "el niño por nacer", con connotaciones deliberadamente sexistas, racistas y discriminatorias.

Surgen de inmediato calificaciones como: "asesina", "homicida", "criminal", "desnaturalizada", etc. que ponen de manifiesto la intolerancia, el agravio, la exclusión y la negación extrema a una situación dolorosa, difícil y por sobre todas las cosas, personal e íntima. Además están las declaraciones de aquellos y aquellas que con hipocresía y falacia se declaran defensores de la vida y de los derechos del niño, proponiendo a la mujer que lleve a término su embarazo y posteriormente dé a su bebé en adopción; pero que son incapaces de alzar su voz en defensa de los que yá nacieron y que sufren todo tipo de exclusión en nuestra sociedad : desnutrición, desamparo, analfabetismo, pobreza, mendicidad, abuso sexual, violencia y discriminación.

Cabe entonces preguntarnos: ¿con qué derecho se arrogan la autoridad de prejuzgar y enjuiciar el derecho que tiene esa mujer como persona, a decidir con libertad de conciencia interrumpir voluntariamente su embarazo? Es en este punto que creo debemos proponernos una aceptación humana y solidaria del derecho que tiene cada mujer a decidir con total libertad de conciencia sobre su vida y su situación en particular, teniendo en cuenta que esta decisión también conlleva la aceptación y el sufrimiento de todas las consecuencias físicas y psíquicas que puedan sucederse, y, aunque no estemos totalmente de acuerdo con esa determinación debemos tratar de cambiar nuestra subjetividad, para pensar objetivamente y sin apasionamiento que podemos entender y aceptar una decisión del otro, aunque no encuadre dentro de nuestras opiniones y creencias. ¿QUIENES TIENEN LA VERDAD ABSOLUTA? 

El derecho a decidir en libertad y sin condicionamientos, es un Derecho Humano,. Si podemos entender que cada uno de nosotros tiene derechos y responsabilidades, y que en las determinaciones que cada persona tome, están también implícitas las consecuancias que ese acto impone, empezaremos a pesar de las diferencias a ser más humanos con el otro, y tendremos más cautela para juzgar actitudes, aunque las mismas supuestamente estén en contra de nuestros "principios".  Susana Giosa.

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