Premio a las "Madres" por su lucha.
Entre las doce distinciones "Don José de San Martín 2010", se encuentran las de Margarita, María y Agustina. Las tres mujeres se unieron para buscar a sus hijos desaparecidos. Las distinciones les serán entregadas en la Sala de Sesiones de la Legislatura de Mendoza.
"Yo estoy contenta, a pesar de la gran herida, porque no me quedé en casa llorando", dice Margarita Guerrero, que con 85 años conserva la esperanza de volver a abrazar a su hijo Jaime Barrera Oro, desaparecido en Buenos Aires en octubre de 1976. Su historia resume la causa de unas cien mujeres que integraron la asociación Madres de Plaza de Mayo en la provincia.. La misma que comparten las tres mendocinas que siguen con vida y la siguen gastando en buscar a sus hijos y, (con ello) la Justicia.
Na hay ola polar ni "achaques" de la edad que impidan que estos tres "robles" se junten todos los jueves por la mañana para recordar que aún no hemos llegado a la verdad.
Todavúa hay algunos (los menos) que las llaman "subversivas", otros las aplauden, otros las miran extrañados pero ellas continúan de pié. . . Aunque el resultado ha sido nulo en Mendoza, ellas no abandonan la lucha en el que se convirtió su escenario local: la Plaza San Martín.
Varias organizaciones de la sociedad civil de Mendoza fueron las que propusieron y adhirieron a la postulación de Madres, así los más de 30 años de búsqueda infatigable de María Assof, Margarita Guerrero y Agustina Elcira Corvalán serán reconocidos con la distinción "Don José de San Martín 2010".
A María la vida se le transformó la madrugada del 9 de diciembre, cuando unos uniformados rompieron la puerta de madera de la vivienda que alquilaba su hijo Walter Domínguez y su nuera Gladys.
Para Margarita sus penas tienen hora y fecha de inicio. Todo comenzó el 12 de octubre de 1976, cuando su hijo Jaime salía a tomar café con su novia en el coqueto barrio de Palermo, allí fueron encapuchados y llevados por unos militares. El dolor de Agustina comenzó el 7 de diciembre, cuando se llevaron a su Rodolfo Vera.
La desesperación las unió. Se conocieron en los Juzgados y las cárceles buscando un dato certero o presentando habeas corpus. Se daban ánimo en la lucha y se contenían, mientras que "hasta nuestros mismos familiares nos decían que estábamos locas. Que esperáramos rezando en nuestra casa, que yá iban a volver", recuerda María.
Se empezaron a reunir en sus casas para organizar las acciones a seguir, "pero como era peligroso", nos íbamos a tomar mate en em Parqeu Gral. San Martín, cuenta la mujer de 79 años. Hasta que a principios de 1980, las Madres empezaron a marchar en la Plaza San Martín, y estas caminatas eternas sumaron a unas cien mujeres en Mendoza. También participaban los familiares de desaparecidos y de los presos políticos. No se rinden. TODAVIA SIGUEN PIDIENDO JUSTICIA, Y MARCHANDO POR SUS DESAPARECIDOS.
Fuente: Diario Los Andes (Mendoza) - GISELA MANONI - 13/08/10