" Embarazo no deseado es violación " (1)

Publicado en por Los Derechos de las Mujeres

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La autora (ex directora de la Especialización en Psicoanálisis de la Asociación de Psicólogos de Buenos Aires) sostiene que "cuando la mujer no desea un embarazo pero la preñez prosigue, ese embarazo pasa a ser una violación insoportable de su cuerpo y su mente, parasitados como mero envase de una ajenidad que progresa sin su consentimiento".
Continúa en el mundo el debate sobre la despenalización del aborto, enfrentados los que la sostienen a los mal llamados "no abortistas", que deberían llamarse "criminilizadores del aborto".  Partamos de la base de que nadie hace campaña propagandizando las bondades del aborto. El embarazo no aceptado es una penosa circunstancia indeseada siempre, salvo alguna persona que tenga problemas psicológicos (he tenido pacientes mujeres que quisieron probar neuróticamente su fertilidad aún a costo de abortar. No obstante, han sido dos a lo sumo).
Pero la sexualidad y su impulso, fortísimo, hace que suela haber impericia, tanto de informados como de ignorantes, o que se juegue una adolescente y notable despreocupación sobre las responsabilidades que implica la sexualidad; tanto en la transmisión de enfermedades como por la producción de niños que merecen todo el amor y las obligaciones de los padres y la sociedad tienen para tomarlos sujetos humanos.
Dicha impaciencia y despreocupación deriva por supuesto de las faltas hogareñas y escolares para incluir la sexualidad y ese placer, desde los más tiernos años según el nivel de preguntas o de cuestiones que plantee el niño. En una encuesta reciente publicada por un periódico, el 50% de los estudiantes secundarios no había recibido la educación que por ley se les debe dar; eso muestra hasta qué punto el prejuicio de origen religioso domina las mentes de maestros que, como los padres, no tienen que ser "especialistas en sexualidad": deben haber tenido la curiosidad y responsabilidad de informarse por su propia vida primero. No debe transformarse la sexualidad en un patrimonio de los médicos ni de especialistas, debe ser parte del yo de realidad de todas las personas.
No se nace siendo humano, con los genes del genoma humano no alcanza para lograr ese estatuto; es necesario el alimento, el amor, el nido de significaciones transmitidas con el habla, los gestos y el lenguaje de los cuidadores inmediatos y los mensajes de los grupos sociales en los cuales lo cuidadores inmediatos están inmersos. Algún día  deberá entenderse que ser madre y padre es y debe ser más que un derecho, una responsabilidad; y que cada embrión más que derecho a nacer, si nace, tiene la ardua responsabilidad de humanizarse; y lo tiene que hacer en sociedades con mayores o menores niveles de contradicción e injusticia; sociedades en las que no es verdad la igualdad de oportunidades y la igualdad ante la ley es un enunciado formal.
A un niño que se muere de hambre no se le ha dado, porque nació, el derecho a la vida: se lo ha condenado a una muerte inmediata en vez de la muerte relativamente lejana a la que llegaremos todos los bien comidos, amados y educados, sea como lo hayan podido hacer nuestras familias. Un dulce autor psicoanalítico comoWinnicott dice que lo que nace es una dotación heredada y que se convierte en criatura sólo con la solícita recepción de la madre, se humaniza sólo en la interacción con la madre que lo ama; así nace la mente subjetiva.  La básica noción de "yo soy" necesita lo que Winnicott llama "una madre suficientemente buena"; esta madre no tiene que ser letrada ni informada por pediatras y puericultoras: tiene que amar y desear a su bebé como para que exista empatía con él.
Otro autor, en este caso filosofante, como Lacan, sostiene que nacemos con "carencia de ser" y que sólo nuestra entrada en las relaciones con las personas y el ordenamiento simbólico como el lenguaje nos hacen sujetos, humanos.El genoma humano es condición antecedente, condición necesaria pero no suficiente para que la potencialidad se transforme en humanidad. Muchas disciplinas sociales están de acuerdo en que el amor de los padres, y sobre todo de la madre, son también condición necesaria para que una combinatoria genética devenga humano.
El pensamiento religioso, especialmente el católico, cree y propaga que la combinatoria genética es un ser humano, que es un bebé. Ese pensamiento infiltra a círculos letrados y científicos: aquellos que no renuncian al consuelo por la muerte y por las injusticias de este mundo que brinda la religión. Para ser embrión, feto y finalmente bebé, esa combinatoria genética necesita el cuerpo de la madre: biológica y médicamente es un parásito del cuerpo materno, que debe a su servicio hasta despúes de nacer, sumando el amamantamiento al servicio del embarazo. Es una individualidad biológica que no tiene autonomía biológica y por lo tanto es incapaz de se individuo;  está atada al cuerpo de la madre. Los servicios prestados a la dotación o combinatoria genética son una parte definitoria de la dicha que puede alcanzar una mujer en su vida, cuando su cuerpo está vitalizado por el deseo de su mente, el de tener un hijo para dar un humano más a la humanidad.
Continuamos en la próxima publicación . . . . . . . . . . . . . .

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