India: Mortalidad infantil . Niñas víctimas de la trata.

Publicado en por Los Derechos de las Mujeres

Verónica, la niña esclava

Verónica nació en 1998 en Harmu, un poblado cercano a Ranchi, capital del estado indio de Jharkhand. Su primera infancia no fue muy diferente a la de otras niñas de su localidad; vivía en la pobreza, pero rodeada del cariño de sus padres y hermanos menores, Camil Marcel y John.

El primer gran revés de su vida lo sufrió con tan solo cinco años: su padre fue acusado de colaborar en un asesinato, y condenado a dos años de cárcel. A partir de ahí, todo cambió para la pequeña Verónica. Unos meses después, su madre, no sabemos si mal aconsejada o acuciada por la pobreza, la envió a trabajar como empleada doméstica en casa de una familia del estado de Bihar. Ahí comenzó un calvario que habría de durar dos largos años. A pesar de su corta edad, Verónica trabajaba más de 16 horas en las tareas más duras del hogar, sin recibir ninguna compensación económica. Fue humillada, torturada y maltratada por la familia, hasta que su padre, una vez cumplida la condena de cárcel, la reclamó.

Verónica volvió al hogar paterno y siguió trabajando por las mañanas; por las tardes empezó a acudir al colegio. Sus ingresos servían para aliviar un poco la economía familiar. En el colegio Anganbari, del hogar Asha Kiran, de Ranchi, fue donde se le abrieron las puertas a una nueva vida. Entró a formar parte del “Programa para la reducción del tráfico de niñas y adolescentes tribales en 30 aldeas de la diócesis de Ranchi”,donde, entre otras cosas, aprendió costura y bordado y recibe apoyo para continuar sus estudios.

El caso de Verónica no es único. Ella trabajó en régimen de semiesclavitud; otras acaban en el negocio de la prostitución o en la cárcel. Un lugar donde la mayoría de las familias viven en la pobreza extrema es el perfecto caldo de cultivo para la proliferación de redes mafiosas, que se aprovechan de la vulnerabilidad y el desconocimiento de las jóvenes, a quienes tientan con las oportunidades de la gran ciudad. El 74 por ciento de estas jóvenes abandona sus estudios antes de terminar la secundaria y muchas de ellas intentan huir de la violencia familiar.

Verónica ha tenido suerte, ahora ante la niña se ha abierto un futuro prometedor. Tras terminar la enseñanza escolar, estudiará enfermería. En su mente solo hay un objetivo: trabajar por los demás, y ayudar a su padre y hermanos.

Información y generación de ingresos, pasos para una solución

Alarmados por el incremento de casos de tráfico y explotación de niñas tribales en el Estado de Jharkhand y por las conclusiones de un estudio elaborado por el departamento de Psicología del Ranchi Women's College, sobre el tráfico de mujeres (*), los servicios sociales de Ranchi se esfuerzan en conseguir que los individuos más vulnerables, especialmente chicas y mujeres tribales, consigan aumentar su autoestima, reducir su dependencia económica e incrementar su nivel sanitario.

Mediante el proyecto que nos ocupa, que cuenta con la colaboración de Manos Unidas, trabajan para aumentar el nivel de concienciación comunitario sobre el problema del tráfico de niñas/mujeres (mediante la organización de conferencias, teatros callejeros y murales en las diferentes aldeas) y para reducir el número de niñas que abandonan sus estudios.

El número de niñas y adolescentes que se beneficiarán directamente de este programa asciende a 1.000.

 

Fuente: Ecclesia Digital - Jharkhand - India - 30/07/11 - (Alertas Google) -

Etiquetado en trata

Para estar informado de los últimos artículos, suscríbase:
Comentar este post