¿300 orgasmos al día? Sí es posible.....

Publicado en por Los Derechos de las Mujeres

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El Síndrome de Excitación Sexual Persistente es un trastorno que afecta solo a las mujeres, consiste en una excitación genital que se da de pronto y además es persistente, puede estar o no acompañada de orgasmos.

Es importante aclarar que no está relacionado con ningún tipo de sensación de deseo sexual.

La doctora Sandra Leiblum documentó por primera vez este síndrome en el 2001.

Se cree que es consecuencia de una irregularidad en los nervios sensoriales y que afecta más a las mujeres que están atravesando la post-menopausia, es decir, de 40 a 50 años o aquellas que siguen tratamientos hormonales.

También se cree que se da en mujeres que han abandonado los antidepresivos que en algún momento les fueron recetados.

En algunos casos registrados, el síndrome fue causado por una malformación arterial-venosa pélvica con las ramas arteriales al pene o al clítoris; el tratamiento quirúrgico era eficaz en este caso.

¿Qué produce este síndrome?

Algunas acciones que experimenta la mujer son:

*Una excitación física muy intensa que puede permanecer durante extensos períodos de tiempo, puede ser días o semanas.

*Se excita fácilmente, independiente del lugar, hora, ejemplo: la vibración del teléfono es una acción que la excita.

*Debilidad.

*Problemas de concentración.

Tanto ginecólogos como sexólogos inciden en que este síndrome no debe confundirse ni con la adicción al sexo, que se caracteriza por la constante necesidad de mantener relaciones, ni con la anorgasmia o imposibilidad de alcanzar el clímax.

También es distinto de la multiorgasmia, un fenómeno que de por sí no es patológico y que se basa en la posibilidad de culminar varias veces seguidas.

Un ejemplo muy claro es el de una británica, Michelle Thompson, que afirma tener 300 orgasmos al día.

La clave del síndrome de excitación sexual persistente, es que las mujeres que lo sufren se encuentran en un constante estado pre-orgásmico que, en ningún caso, se relaciona con la presencia de deseo sexual. Lejos de resultar grata, la sensación es desagradable y molesta.

Las mujeres que lo presentan nunca se sienten satisfechas sexualmente, por más que consigan orgasmos, provocándoles esto una enorme frustración y perjudicando seriamente su vida social, laboral y de pareja.

Si lo vemos desde el punto de vista masculino, para ellos es todo un sueño, pero no así para la mujer, que día a día se convierte en un dolor de cabeza.

La única solución a este síndrome es la anestesia o enfriamiento del área del piso pélvico y se acompaña con terapia psicológica y conductiva acompañada de psicofármacos.

 

Publicado por: solonosotras.com - 28/09/12 -

 

Etiquetado en Sexualidad

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