La razón de su vida

Publicado en por Los Derechos de las Mujeres

En un día como hoy 26 de Julio pero de 1952, muere de cáncer a los 32 años María Eva Duarte de Perón. Había nacido el 7 de Mayo de 1919, en Los Toldos, Provincia de Buenos Aires. 
Ninguna mujer en la historia argentina y en tan pocos años, partió desde tan abajo y llegó hasta la cumbre del poder absoluto.
Por eso María Eva Duarte de Perón es más que una protagonista de nuestra historia, es leyenda, drama y mito.
Hay dos frases que muestran su devoción, temple y abnegación por lo que ella luchó y al final perdió su vida. La primera de esas frases fué dirigida al Coronel Juan Domingo Perón al terminar un festival a beneficio de la provincia de San Juan, desvastada por un terremoto. Era el año 1944, cuando acercándose a Perón, le dijo: "Coronel, gracias por existir". La segunda se la susurró a su peluquera muy pocas horas antes de morir en el año 1952: "Yá está: 32 años, 32 kilos. Eso es todo"
Entre ambas transcurrieron apenas ocho años, pero bastaron para ungir a María Eva Duarte, ( hija no reconocida de un estanciero de Junín y mediocre actriz de radioteatro) a la categoría de leyenda primero y mito despúes. Una parte de esta historia la escribió ella: fué la mujer del líder del mayor movimiento político de la Argentina moderna, enfrentó con furia a sus enemigos y dedicó 18 horas por día (aún enferma) a la Fundación Eva Perón, una  inmensa usina de beneficencia por la que desfilaron de a miles, los pobres, y los muy pobres de todo el país.
La otra parte de la historia (el oscuro y funesto último acto) la propició la ceguera y el odio militar, que hizo del cadáver embalsamado de Evita (como siempre la llamó la devoción popular) un trágico botín ambulante; que pasó años enterrado bajo un nombre falso en un cementerio de Milán, y que volvió al país por medio de un patético canje: el cuerpo de ella por el de Pedro Eugenio Aramburu, asesinado por los montoneros.
Su figura y sus actos dividieron al país en dos fanáticos bandos. Uno la consagró Abanderada de los Trabajadores, y hasta propuso su canonización. El otro la cubrió de barro, llegando a escribir graffitis de "Viva el cáncer" cuándo se supo de su enfermedad.
Hoy ese cuerpo que embalsamó en la CGT el médico español Pedro Ara, con un tratamiento secreto y custodiado por fusiles militares, yace en la Recoleta.
Más que yacer, vive, porque el 90% de los turistas que visitan ese Cementerio donde reposan próceres y herederos de apellidos ilustres, piden como primer destino, ver la cripta de la familia Duarte, donde está ESA MUJER, título que le diera Rodolfo Walsh en una pieza literaria inspirada por esa casi increíble vida, y que es considerada una estricta obra maestra.
¡ QUE DESCANSE EN PAZ !

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