Ejemplos de la situación de las Mujeres africanas.(2)

Publicado en por Los Derechos de las Mujeres

[Otra de las formas de tortura y de marginación de la mujer en Africa es la ablación]

Hasta el momento, ninguno de esos sacerdotes tribales, ni tampoco los miembros de una familia que ha enviado a sus hijas a un santuario ha sido detenido por continuar con el desarrollo de la práctica.

Hay que decir que ciertos grupos locales han culpabilizado a International Needs Ghana (la ONG que lucha contra la trokosis) querer destruir la cultura tradicional. Respondiendo a las acusaciones de que la ONG ataca un derecho constitucional, concretamente, el de libertad de religión, la ONG se defiende diciendo que la propia libertad termina en el punto donde comienza la de los demás: si se tiene una concreta religión, o un sistema de creencia o se practica una tradición que esclaviza a las personas, los coloca en condición de servidumbre o les reduce su dignidad, en esos casos es quien hace eso el que viola la constitución.

Otra de las formas de tortura y de marginación de la mujer en Africa es la ablación. Esta “costumbre” se origina en la creencia de que mutilando se puede frenar el deseo sexual y, de esta manera, garantizar la “fidelidad de la mujer” al marido.

Es paradójico que la ablación se lleva a cabo por mujeres cercanas a la víctima. Son las que se empeñan en perpetuar la “tradición” a las que ellas fueron sometidas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que por lo menos 140 millones de niñas y de mujeres en el planeta fueron obligadas por las “costumbres tradicionales” a someterse a la ablación de los genitales externos. Por supuesto, esto no surte el efecto buscado, y la amputación implica frecuentemente hemorragias, infecciones, la transmisión de enfermedades (como el SIDA), la esterilidad y, a veces, la muerte.

La mutilación se realiza sin anestesia, con lo cual las mujeres sufren un gran dolor, llevándolas a la pérdida de la conciencia. Otras, con menos suerte, mueren durante la tortura o poco después.

Las secuelas de esta mutilación son los problemas menstruales, los quistes y las infecciones crónicas de la pelvis y llegan a la infertilidad. Los expertos estiman en un 20% las mujeres mutiladas que no puede llegar a tener descendencia. Y, psicológicamente, lleva a estados de depresión, ansiedad, y ataques de pánico.

Desde luego, es una imagen realmente aterradora la amputación del clítoris utilizando una vieja navaja o un trozo de vidrio, sin ninguna anestesia.

Esta es otra de las realidades de Africa, exportada por la emigración a Europa, que tiene marginada y torturada a la mujer. Que se mantiene por el apoyo indirecto de ciertas progresías y que, aunque parezca absurdo, está todavía muy lejos de erradicarse.

Como muestra de la anterior afirmación baste mencionar que para combatir la práctica de la ablación de los genitales femeninos, el gobierno senegalés emitió en 1999 una ley castigando hasta con cinco años de prisión a quienes la practiquen. No obstante, y a pesar de varias sentencias condenatorias dictadas por algunos tribunales, y a campañas para sensibilizar, muchas poblaciones insisten en preservar lo que mantienen como un elemento fundamental de su tradición y de su cultura.

En Sierra Leona las mujeres van a poder disfrutar ahora de los derechos que anteriormente no les fueron reconocidos, por la implantación de leyes innovadoras que pretenden penalizar la violencia sobre las esposas, que van a permitir a las mujeres poseer la capacidad de heredar propiedades, y que quieren proteger a las jóvenes de ese país de los matrimonios no deseados.

Anteriormente, durante el pasado reciente, las mujeres no disponían de la oportunidad de acudir a los tribunales cuando sus maridos abusaban de ellas. Todo lo más, dichas situaciones eran mantenidas en el ámbito familiar o, en el mejor de los casos, eran presentados al jefe tribal.

Hay que decir que la nueva legislación incluye una definición de violencia de género o doméstica bastante amplia. Se incluye el abuso tanto físico (sexual) como el emocional, el económico, el acoso, el verbal, el psicológico y emocional, la conducta dañina que haga peligrar la salud, el bienestar y la seguridad de otras personas, o que menoscabe la dignidad y la privacidad de otras personas.

Sin duda, este es un paso decisivo y real en pos de una protección de los derechos de la mujer africana. El siguiente paso que habrá que observar con atención es si esta legislación protectora se aplica, y si este ejemplo se llega a extender a otros países de la zona.

[Pronto se verán mujeres que toman el liderazgo de sus comunidades]

No cabe duda que la tradición y el subdesarrollo económico y social, en general, agravan la situación de las mujeres en el continente africano. Pero también es cierto que hay visos de cambio. Actualmente, la globalización económica y cultural está imponiendo patrones y valores que apoyan la emancipación de las mujeres africanas. Hasta hace poco tiempo el aislamiento era el perfecto cómplice para mantener situaciones ancestrales de monopolio del poder en manos de los varones, de los cazadores. Pero, como en todo el planeta, los nuevos tiempos, las nuevas modas se imponen y empujan a las sociedades africanas a legislar conforme a las pautas de conducta que rompen con un pasado no lejano en el tiempo, pero sí en los contenidos.

 

Fuente: Artículos 1 y 2: OTRO MUNDO ES POSIBLE - Revista iberoamericana de sostenibilidad -

Etiquetado en violencia

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