España: Reivindicando el derecho de asilo.

Publicado en por Los Derechos de las Mujeres

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El ser humano tiene una capacidad que lo distingue de los otros animales: es capaz de compadecerse. Compadecerse supone, según la RAE, compartir la desgracia ajena, sentirla, dolerse de ella.

Todos tenemos cerca ejemplos de solidaridad entre los cercanos. La profunda recesión que sufre España ha puesto en marcha el apoyo de padres a hijos, de amigos, de compañeros… Curiosamente esta solidaridad está siendo inversamente proporcional con los vecinos, como observamos ante las numerosas expulsiones a inmigrantes sin las mínimas garantías legales exigidas por todos los compromisos firmados por nuestro país en materia de derechos humanos, entre ellos la Convención de Ginebra que protege el derecho de cualquier ser humano a recibir protección cuando es perseguido.

En 1983 todos los partidos ratificaron la Ley Española de Asilo. La entrega de 73, de las 83 personas inmigrantes que permanecían en la Isla de Tierra a las autoridades marroquíes, supone la vulneración de la Ley de Extranjería y la consiguiente violación de los derechos reconocidos en la mismas. Sobre todo, teniendo en cuenta que entre los expulsados podría haber inmigrantes huyendo de persecución religiosa tras la ocupación del norte de Mali por fuerzas islamistas.

La legislación obliga a estudiar de forma individual si cada una de las personas inmigrantes reunía los requisitos establecidos en la ley para acceder a territorio español, hecho que no se ha producido al resolver de forma colectiva sobre su suerte. Es curioso cómo son los países más pobres los más generosos con los refugiados. Mauritania acoge actualmente a más de 90.000 personas. España acogió el pasado año a 2000 refugiados.

Parece que, en sólo 20 años, se ha olvidado en España el triste viaje de sus refugiados que huyeron en la dictatura a Chile, Argentina… Y que fueron acogidos allí con los brazos abiertos. Los partidos políticos estaban unidos en la defensa de un derecho básico, como es la protección cuando uno es perseguido por razón de sus ideas, raza, religión o por su pertenencia a un determinado grupo.

Aquellos exiliados españoles, chilenos o argentinos hoy son africanos, asiáticos víctimas de represión políticas, religiosas (como en el caso de Mali) o económicas. Que los recortes no nos hagan más mezquinos.Que la crisis no nos recorte la solidaridad. Porque en breve, esos africanos o asiáticos, también podemos ser nosotros.

Publicado por: habitáfrica - Boletín Mensual - setiembre/2012 -

Etiquetado en derechos humanos

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